domingo, 6 de septiembre de 2015

EL CAFÉ, DE CARLO GOLDONI

EL CAFÉ - EL CRIADO DE DOS AMOS, DE CARLO GOLDONI
Tapa blanda. 280 pág. 13,8 x 21 cm. ISBN 9788494402944.
Traducción de Joseph Concha.
Edición e introducción de Fernando Olaya Pérez. 
Esperpento Ediciones Teatrales 2015.

FRAGMENTO DEL PRÓLOGO DE CARLO GOLDONI A "LA BOTTEGA DEL CAFFÉ"


En esta Comedia hay caracteres tan universales, que en cada sitio donde fue representada, se creían que se había hecho acuñando los originales conocidos por todos. El malidicente encontró prototipos de todo, y es necesario soportar a veces, a pesar de ser inocente, la marca de haberlo copiado maliciosamente.
No, ciertamente, no soy capaz de hacerlo. Mis caracteres son humanos, verosímiles, quizá reales, pues los saco de la turba universal de los hombres, y puede que alguno se reconozca en ellos. Cuando ocurre esto, no es culpa mía que alguien se parezca al triste o al vicioso, la culpa es del vicioso, que se encuentra para su desgracia reflejado y no del carácter que yo dibujo.




FRAGMENTO DE "EL CAFÉ" DE CARLO GOLDONI

ACTO I, ESCENA VIII
 
DON MARCIO, DON EUGENIO, PANDOLFO y luego RODOLFO.
 
PANDOLFO
Dos palabras, don Eugenio.
 
Llevándole a un lado.
EUGENIO
Sé lo que venís a decirme. He perdido treinta cequíes sobre mi palabra: soy honrado y los pagaré.
PANDOLFO
Pero es el caso que el señor conde los espera. Dice que él ha arriesgado dinero contante y quiere cobrar enseguida.
MARCIO
 
Aparte.
Daría cualquier cosa por enterarme de lo que hablan.
RODOLFO
Aquí está el café.
EUGENIO
Decídselo; y decidle también que, habiéndome ganado cien cequíes en dinero contante, creo que debería darse por satisfecho.
PANDOLFO
Eso no se debe decir entre jugadores. Vos sabéis mejor que yo lo que se hace en materia de juego.
RODOLFO
Señor, el café se enfría.
EUGENIO
Déjame en paz
RODOLFO
Si no lo queréis…
EUGENIO
¡Largo de aquí!
RODOLFO
Adentro con él.
 
Toma el servicio y se va sin hacer caso de la pregunta de DON MARCIO.
Vuelve a salir enseguida.
MARCIO
¿De qué hablan?
EUGENIO
Repito que sé que cuando se pierde se paga; pero cuando no se tiene, no se puede pagar.
PANDOLFO
Yo me ofrecería a buscarle los treinta cequíes para salvar vuestra reputación.
EUGENIO
Acepto. ¡Café!
RODOLFO
Voy por ello.
EUGENIO
Hace tres horas que lo estoy pidiendo, y ¿todavía no está servido?
RODOLFO
Lo traje y vos me hicisteis retirarlo.
PANDOLFO
Dadle prisa.
EUGENIO
¿Me haces el favor de servirme café pronto? Vamos, ¡listo!
RODOLFO
¡Oh! Yo no me apresuro.
 
Entra.
MARCIO 
Aparte.
Este es algún negocio intrincado. Tengo curiosidad de saberlo.
EUGENIO
Pues que lo habéis ofrecido, me haríais un gran favor en proporcionarme esos treinta cequíes.
PANDOLFO
Tengo un amigo que los facilitará: pero quiere prendas a interés.
EUGENIO
Tocante a prenda no haremos nada. Bien sabéis que tengo paños en Rialto; los negociaré, y en cuanto los venda pagaré.
 
DON MARCIO se ha ido acercando a escuchar; ahora se separa.
MARCIO 
Aparte.
¡Pagaré! Ha dicho pagaré. Eso es que ha perdido sobre palabra.
PANDOLFO
Bien, y ¿qué interés podéis pagar?
EUGENIO
Arregladlo vos como mejor os parezca.
PANDOLFO
No admitirá menos de un cequí por semana.
EUGENIO
Eso es una usura.
RODOLFO
Aquí está el café.
EUGENIO
Bueno; déjame en paz.
RODOLFO
 
Aparte, retirándose.
¡Pobrecillo, el juego le saca de tino!
MARCIO
 
Entrometiéndose.
¿Qué es eso don Eugenio? ¿Tenéis alguna diferencia? ¿Queréis que yo la arregle?
EUGENIO
Gracias, don Marcio; suplícoos que me dejéis.
MARCIO
Si me necesitáis para algo, no tenéis más que mandar.
EUGENIO
Gracias, gracias. Lo que deseo es que me dejéis.
MARCIO
Vamos, señor Pandolfo, ¿qué tenéis con don Eugenio?
PANDOLFO
Un negocio de poca entidad, pero que no nos acomoda comunicar a todo el mundo.
MARCIO
Yo soy amigo de don Eugenio, conozco sus negocios, y él sabe que no soy hablador. Hasta le he prestado diez cequíes sobre unos pendientes. ¿Verdad? Y a nadie he dicho una palabra de ello.
EUGENIO
Y me parece que ahora podíais también haberlo suprimido.
MARCIO
¡Oh! Con el señor Pandolfo puede hablarse con confianza. Conque, ¿qué hay? ¿Habéis perdido? ¿Necesitáis alguna
cosa? Disponed.
EUGENIO
Pues bien, os diré la verdad. He perdido treinta cequíes sobre mi palabra.
MARCIO
Treinta y diez que os di antes hacen cuarenta. Los pendientes no pueden valer tanto.
PANDOLFO
Los treinta cequíes me encargo yo de buscarlos.
MARCIO
¡Bravo! Y bien podíais pedir cuarenta; me pagaríais los diez y yo os traspasaría los pendientes.
EUGENIO
 
Aparte.
¡Maldita sea la hora en que recurrí a ese necio!
MARCIO
¿Y por qué no tomáis el dinero que os ofrece el señor Pandolfo?
EUGENIO
Porque exige un cequí por semana de interés.
PANDOLFO
Yo no exijo nada; es el que lo presta.
EUGENIO
Haced otra cosa. Decid al señor conde que me espere veinticuatro horas, y le pagaré.
PANDOLFO
Recelo que necesite dinero y que no quiera acceder.
EUGENIO
Si pudiera vender una pieza o dos de paño, era negocio arreglado al punto.
PANDOLFO
¿Queréis que yo vea de encontraros comprador?
EUGENIO
Sí, amigo mío. Haced ese favor. Yo os lo agradeceré y os pagaré el corretaje.
PANDOLFO
Voy, pues, adecir dos palabras al señor conde, y marcho enseguida.
Entra en la casa.
MARCIO
¿Y habéis perdido mucho?
EUGENIO
Cien cequíes contantes que había vendido ayer y además treinta sobre palabra.
MARCIO
Podíais haberme devuelto lo que os presté.
EUGENIO
¡Vive Dios! No me mortifiquéis más; ya os lo pagaré.
PANDOLFO
Ya estoy de vuelta. El señor conde está dormido; se ha recostado sobre la mesa. Entretanto yo voy a terminar ese negocio. Ya he dicho al mozo que si despierta le explique la causa de mi ausencia. Esperadme vos aquí.
EUGENIO
Aquí estaré.
PANDOLFO
 
Aparte.
Precisamente esta capa está ya vieja, y es tiempo de hacerme gratis una nueva. 

Vase.



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