LA VIDA DRAMÁTICA DE MARIE CURIE/LA ISABELA
de FRANCISCO MADRID y ALEJANDRO CASONA
Tapa blanda. 280 pág, 13,8 x 21 cm. ISBN 978-84-945155-5-2
Edición y prólogo de Paula Simón Porolli.
FRAGMENTO DEL PRÓLOGO,
POR PAULA SIMÓN POROLLI
Escrita en tres actos, el
manuscrito de La vida dramática de Marie Curie revela que, mientras la autoría del primero de ellos
corresponde al autor asturiano y la del segundo al catalán, el
tercer acto fue escrito por los dos en colaboración. La obra
relata la vida de Maria Sklodowska, conocida por su nombre
traducido al francés y su apellido de casada, Marie Curie, quien,
habiendo nacido en una familia humilde y acuciada por los
conflictos políticos provocados por la opresión de los rusos en el
territorio de Polonia, se marcha a París a dedicarse por completo
a su vocación científica. Su austeridad, su humildad y su
inmensa devoción por el trabajo científico son las notas
constantes del texto, así como su lealtad al marido y compañero de
trabajo Pierre Curie, junto a quien descubrió el radio y pasó
por ello a la posteridad. Si bien se basa en los datos fácticos de
la vida de la científica señalados por Eve Curie, lo cierto es que
los autores imprimen en las páginas algunos elementos ficcionales
que aportan dramatismo y belleza estética a esta biografía
escénica.
FRAGMENTO DE "LA VIDA DRAMÁTICA DE MARIE CURIE",
DE FRANCISCO MADRID Y ALEJANDRO CASONA
EPÍLOGO
Dramatis personae:
María Curie (María Sklodowska)
Dr. TobeBronia, hermana de María
Eva, hija de María
Una clara habitación en el
sanatorio de Sancellemoz. Una amplia ventana en ángulo deja ver al abrirse un
lejano paisaje de alta montaña, con pinares nevados. Luz indecisa, de
madrugada, que va aumentando hasta una magnífica salida de sol. MARÍA duerme
reposadamente en un cómodo sillón de ruedas. El DR. TOBE, director
del sanatorio, la contempla y examina el pulso, mientras habla a media voz con BRONIA.
BRONIA
DR. TOBE
Con todo respeto, creo que no...
Siempre están bien el aire libre y la montaña, pero el mal de su hermana no
está en los pulmones. El único gran culpable aquí es el radium. Sus
emanaciones, en tantos años de trabajo, le han corroído la médula.
BRONIA
Lo temía. La naturaleza no perdona
jamás a los que le roban sus secretos. Y el radium, que a tantos les ha dado la
vida, tenía que matarla a ella. ¿Duerme?
DR. TOBE
Tranquilamente. Y con un pulso
normal desconcertante.
BRONIA
¿Y la fiebre?
DR. TOBE
Apenas ya. Treinta y siete, cinco.
BRONIA
Es extraño. Hasta ayer el
termómetro señalaba cuarenta. ¿Cree usted que puede ser un síntoma favorable?
DR. TOBE
Al contrario. Precisamente este
descenso brusco es lo que me preocupa. Usted es médica también y le debo la
verdad.
BRONIA
Sin embargo, todos los síntomas
desde ayer acusan una reacción casi milagrosa. Los ojos de María han recobrado la
luz; tiene apetito y alegría, ganas de levantarse, de correr por el campo…
DR. TOBE
Sí… es un fenómeno bastante
frecuente.
Evasivo.
BRONIA
¿O significa lo contrario, el
espejismo final?DR. TOBE
¿A qué espejismo se refiere?
BRONIA
A esos enfermos que se sienten
renacer de pronto con una alegría infantil, que sonríen felices a la luz de la
mañana llenos de fe y de sol... Y entran así en la muerte, con la sonrisa en
los labios. ¿Es eso lo que está viviendo mi hermana, doctor?DR. TOBE
Por lo menos hay que estar dispuestos a esperarlo todo.
BRONIA ahoga un sollozo.
Pero no llore, por favor. Puede
despertarse.BRONIA
No tenga miedo; sé cuál es mi deber. María tiembla con la idea de la muerte como una niña y al despertar no debe encontrar en torno suyo más que sonrisas. Yo sabré sonreír, se lo prometo.
A EVA, que entra en este momento.
Silencio. Está dormida.EVA
¿Sigue la fiebre alta?
BRONIA
Ya no. Treinta y siete, cinco.
EVA
¿Nada más? ¡Pero eso es un milagro! ¿Qué quiere decir esto, doctor? ¿Es que ya pasó el peligro?
DR. TOBE
¡Ánimo, muchacha! La prueba ha sido muy dura, pero me parece que la hemos vencido.
EVA
¿De verdad?
Se vuelve a BRONIA.
¿No me engañáis?BRONIA
Te lo juro, Eva. El doctor Tobe no miente nunca. ¿Por qué te has levantado tan temprano?
EVA
Para que te acuestes tú. Llevas toda la noche en vela y yo, en cambio, he dormido tres horas seguidas.
...