martes, 28 de noviembre de 2017
viernes, 24 de noviembre de 2017
TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL NARCO de ACOYANI GUZMÁN
TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL NARCO
de
ACOYANI GUZMÁN
NUEVA COLECCIÓN:
DRAMATURGIA EMERGENTE
Tapa blanda, 224 páginas. 13,8 X 21 cm. ISBN 978-84-946696-9-9
Fragmento del prólogo
por RODRIGO JOHNSON
Tal vez lo más interesante de esta obra sea la
manera en que los personajes se convierten en nuestras propias voces, no sólo
cambiando de género y circunstancia, simplemente convirtiéndose en un susurro
de culpa silenciada. Todas ellas somos nosotros, el horror inspirado por la
nota roja, que desgraciadamente en México se ha convertido en materia para
hacer dramas
………………….
Acoyani Guzmán anda por un sendero de absoluta
desolación y nos dice que “Todos los caminos conducen al narco” creo que es
una cuarta distancia que va más allá de los países que la han formado. Chile,
México y España hablan desde un interior femenino. Ella, Acoyani, ora por
nosotros con los labios secos de muchas vaginas olvidadas.
Acoyani Guzmán
Fragmentos de
"TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL NARCO"
de ACOYANI GUZMÁN
IV.II EN LA CELDA
PULPO
Mira
A la CORDERITA.
Le muestra su tatuaje de
la SANTÍSIMA MUERTE,
lo lleva en el cuello.
lo lleva en el cuello.
Ésta
me la tatuó un pescador, que salía todas las noches a cazar el tiburón al mar,
en unas lanchitas con sus linternas, hasta bien adentro se metía el cabrón,
volvían a la mañana siguiente, los que volvían, le decían “el chico” y tenía
tatuada la virgencita de Guadalupe en todo el pecho, para que le cuidará del
mar.
CORDERITA
Ahhh,
¿y el señor de allá?
PULPO
Ese
es Malverde, otro cabrón bien Chingón, de los hombres, el único que no te va a
traicionar, a mi me cargó la chingada por un pendejo, así como lo oyes, cuando
salga de aquí, nunca más, nunca más.
CORDERITA
Yo
quiero pedirle algo al señor.
PULPO
Pídele
lo que quieras, a ver.
CORDERITA
Quiero
volver a ganar mucho dinero.
PULPO
Ay,
mírale nada más, apenas entrando y ya pensando en los dólares, no pus eso te va
a costar.
Pausa
¿Por
qué dices que estas aquí? Yo llegue una semana antes que tu.
CORDERITA
¿Cuántos
te cayeron?
PULPO
Me
dieron cuatro años y medio.
CORDERITA
A
mi siete, estoy aquí porque transportaba dinero y no sabía.
PULPO
¡Ah
chingá! ¿Cómo está eso de que no sabías?
CORDERITA
No
pus no sabía y nadie me decía nada.
PULPO
Ahhh,
no pus si, “la CORDERITA”, claro, si te queda peinado el nombrecito ese. ¿Sabes
una cosa?
Pausa
En esta vida, que te encierren es decisión de los santitos, así
que “Cuando te toca aunque te quites, y si no te toca, aunque te pongas”
Acuérdate muy bien de esa frase.
VIII.IV EL HORROR
PULPO
Ya
te pasaste de verga Corderita, ahora si por tus mamadas nos va llevar la
chingada.
CORDERITA
¿Qué
te pasa o qué? ¿Te da miedo que te metan al bote? ¿O que te maten?
PULPO
Tenía
hijos pequeños, habíamos dicho que niños no, ¿no tienes suficiente con el
Ponchis?
CORDERITA
Se
nos van a unir sus hijos, ya verás, van a venir por falta de dinero.
PULPO
Eso
es precisamente lo que no quiero.
CORDERITA
Cuando
su familia les falla, es más fácil para ellos matar.
PULPO
No
quiero trabajar con esclavos del crimen.
CORDERITA
Mira,
con dinero, se van a recomponer, se van a sentir con Estatus Social por primera
vez en su pinche vida, los estamos ayudando.
Pausa
¿Si
no tu qué crees?, si le perdonamos la vida a su mamá, pus iban a terminar igual
vendiendo, trabajando en esto, pero con el otro bando, todos los caminos les
conducen a lo mismo Pulpo, ya agarra el pedo. Al narco.
Pausa
¿Y
sabes qué? Pus como dijo José Alfredo, “la vida no vale nada” así que si no te
gusta, ya sabes lo que tienes que hacer.
PULPO
No
todo es el dinero. Esos niños van a venir sí, pero no por poder sino por falta
de amor. Hemos visto cosas distintas pero todas horrorosas. Ni siquiera podría
imaginar lo que sería ahora tener tus manos sobre mí, haciéndome un pinche
masaje ambiguo entre el cielo y el infierno. Tampoco yo tuve una infancia de
pinche ricachona, pero amor si tuve. Y veo esa niña que fuí en cada chamaco perdido
que vas comprando con humo y con miserias. Te veo a ti, a la niña que queda en
ti. Pondré mis manos al fuego, porque ya hemos estado muertas, pondré mis manos
y mi ser, ya me chingué, salir no puedo, pero con niños no por favor, con niños
no.
Oscuro.
MÁS INFO:
- Estreno previsto de "TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL NARCO" el 29 de diciembre de 2017 en la sala NAVE 73 (Madrid), con dirección de Acoyni Guzmán y la interpretación de Sandra Herranz y Beatriz Alonso.
- Todos los sábados por la mañana puedes ver a Acoyani Guzmán con su compañía de teatro para bebés "Bambola Teatro" y su espectáculo "NADAR" también en NAVE 73:
miércoles, 22 de noviembre de 2017
RÉQUIEM, de Ester Bellver
RÉQUIEM
de
ESTER BELLVER
ESTER BELLVER
Tapa blanda, 132 pág. 13,8 x 21 cm.
Fragmento del PRÓLOGO
por ÁNGEL GARCÍA GALIANO
En el principio era la lucha, una agonía de no
saber y de querer vivir y amarlo todo hasta el final. En el comienzo fue la
agonía secreta de asistir al misterio desplegándose, diversificando su magia
iridiscente en arreboles de ensueño, miedo, gozo, ignorancia y pasión.
Protagonizar la vida fue solo el comienzo de la trama: se abre el telón, o una
ventana de la casa paterna y el olor a ozono recuerda el de las tormentas
infantiles, a un campo recién mojado o a pan recién horneado cuyo aroma se
pierde en el fondo de un baúl lleno de recuerdos, algunos soñados, otros
entrevistos, los más abrazados y dolientemente vivos. Al leer escuchamos
jirones de nubes rosas, vemos resonar los tacones de una vedette descendiendo
por titubeantes escalones de orillo, respiramos el aliento de los pasos
perdidos de una reina desolada y firme abrazando su pérdida por los campos de
Montiel, sentimos el olor untuoso de los lápices de colores recién usados… y aprendemos,
ensayando, una y otra vez, a no esperar: no esperes, te dice una voz al fondo,
detrás de bambalinas, y un foco ilumina y ciega tu perspectiva de futuro; no
esperas y por fin ves la fuente y reparas, jadeante por la subida, que en ella
vas a beber cuando papá ya no esté. Y entonces, sorprendida, agradecida,
descubres que ese era, y no otro, el tesoro escondido, sin mapa, sin plano ni
memoria, y que por fin lo hallaste, agonizando la primera.
Fragmentos de RÉQUIEM
de ESTER BELLVER
Tratando de tirar
las cosas de tu padre, te encuentras con cientos de ellas que tampoco él pudo
tirar de los suyos, incluido el traje de bombero de tu abuelo o un mechón de
pelo de tu abuela; sus deberes, cartera y libros del colegio; las coletas que
nos cortaron después de hacer la primera comunión; los dientes que le poníamos
al Ratoncito Pérez; ¡un colmillo suyo!, ¡nuestros ombligos!; su acordeón de
juguete; las muñecas que tuviste; los collares que usabas... Y aquello otro que
tanto le gustaba a tu madre. Te encuentras llenando el bolso hasta reventarlo
con todo tipo de porquerías: cajas vacías, bolígrafos rotos, cubiletes
incompletos de parchises extraviados, una cinta casete sin identificar... En
cada cajón que abres se despiertan miles de recuerdos que quisieras retener por
siempre. ¿Cómo lo vas a tirar? Pues lo tiras. Tiras con saña al contenedor
todas las grabaciones de vídeo que ha hecho tu padre durante toda su vida de
toda tu vida y de la vida de todos los tuyos. Pero luego abres otro armario y
aparecen las fotos: ¡15 álbumes de fotos! Y te encuentras con que las 101
grabaciones que acabas de tirar están copiadas de nuevo por si se
estropeaban las originales y que también están todos los negativos de las
fotos. ¡Y las diapositivas! Que no recordabas que también hubo una época para
las diapositivas. Ahí están, también a cientos, con su proyector y su pantalla
de proyección... Creo que necesito una fosa para mí también.
………………………………..
La película de hoy
no se ha grabado, no quedaba espacio, el móvil me lo avisaba: “No se puede
grabar el vídeo”. Sin embargo, continué como que lo estaba haciendo, no podía
interrumpir lo que ocurría. Estaba mi madre también en la habitación, había
venido a verlo —llevan muchos años separados—. Mi padre empezó a contar cómo,
el día que nació su primer nieto, antes de ir al hospital a conocerlo, pasó por
El Retiro y vio en el estanque una barquita con una pareja de enamorados. Lo
trasladó —dijo— a cuando era un chico joven y aún no había conseguido echarse a
mi madre de novia: “Iba allí todas las tardes y escribía en el caballo tus
iniciales. Soñaba con dar un paseo contigo en barca. Y ahora —pensé—, el mismo
día en que una de nuestras hijas nos hacía abuelos, iniciábamos los trámites de
la separación. Te fuiste y por eso yo viví aquello con Conchi, pero no tiene
nada que ver, te he querido mucho, Mari, mucho. Y todavía te quiero”.
Más info en:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)