JEPPE DE LA MONTAÑA
de
LUDVIG HOLBERG
TRADUCCIÓN DE
JORGE SIMÓN IZQUIERDO DÍAZ
Tapa blanda, 132 páginas. 13,8 X 21 cm. ISBN 978-84-947904-1-6
Fragmento del
prólogo,
por Jorge Simón Izquierdo Díaz
Ludvig
Holberg nació en Bergen (Noruega) el 3 de diciembre de 1684 y murió en
Copenhague (Dinamarca) el 28 de enero de 1754. Huérfano de padre al año de edad
y de madre a los once, se crió con familiares antes de trasladarse a la
Universidad de Copenhague. Fue un hombre de espíritu curioso y de formación cosmopolita.
Sus escritos de historia y derecho son de inspiración inglesa, francesa los de
filosofía. Su inicio en la comedia coincide con su encuentro en Roma, en 1716,
con una representación callejera de Comedia dell’arte. En el espacio de 10 años
escribió 33 comedias, 24 de ellas en un rapto poético de cuatro años, entre
ellas Jeppe de la Montaña (1722) y Erasmus Montanus (1723).
…
Holberg
era un escritor humanista, un erudito que anteponía la duda y la búsqueda a la
creencia dogmática, el ser humano a la religión. Para Holberg el conocimiento
es un complemento necesario de la fe. Cree en la autonomía y libertad del ser
humano, y anima a los profesores a educar lectores responsables, pero desconfía
del ser humano. Este es el meollo de sus comedias.
Los
personajes de sus sátiras son caracteres fantasiosos, que carecen de las
capacidades que creen tener y se engañan a sí mismos en un ciego fanatismo. Son
incapaces de conocerse a sí mismos. Holberg tenía un ojo clínico para captar
las pasiones e instintos más básicos de los seres humanos: La envidia en Erasmus,
el egoismo y la sed de venganza en Jeppe. La risa de los espectadores sofoca el
arrebato endemoniado de unos personajes muy humanos, muy cercanos al público,
que en realidad se ríe de sí mismo durante la representación teatral. La dureza
con la que Holberg trata a sus personajes recuerda a Molière (1622-1673), el
maestro de sus comedias. El antiguo teatro Grønnegård se inauguró precisamente
con ’El avaro’ de Molière, seguida de ’El chapucero político’ (Den politiske
kandestøber), la primera comedia escrita por Holberg.
Fragmento de
JEPPE DE LA MONTAÑA
de Ludvig Holberg
ACTO I
ESCENA 6
JACOB y JEPPE.
JACOB
¡Qué,
Jeppe! ¿Has regresado? Ya me parecía que no habías bebido suficiente. Un chelín
de aguardiente no pasa del cuello.
JEPPE
Es
cierto, Jacob. Sírveme por un chelín. Un trago me reconfortará, quiera o no
quiera.
JACOB
Aquí
tienes un chelín de aguardiente, pero Jeppe, primero el dinero.
JEPPE
Puedes
darme crédito mientras beba, como dice el refrán.
JACOB
Olvidémonos
del refrán, Jeppe. Si no pagas antes, no recibes una gota. Estamos para atender
a la gente, pero no somos alguaciles.
JEPPE
Llorando.
¿No
puedes atenderme? Si soy un hombre honesto.
JACOB
No
hay servicio.
JEPPE
¡Ahí
tienes un chelín, engatusador! Ya está hecho. ¡Bebe ahora, Jeppe! Ay, qué bien
sienta.
JACOB
Sí,
puede templar el estómago de un bribón.
JEPPE
Lo
mejor del aguardiente es que da coraje. Ahora ya no pienso en mi mujer ni en el
Maestro Erik, el último trago me ha cambiado. ¿Conoces esta canción, Jacob?
La alegre Kirsten y el señor
Peder estaban sentados a
la mesa.
¡Peteheia!
Se decían palabras sucias.
¡Polemeia!
En verano cantan los alegres
estorninos.
¡Peteheia!
Qué diablos Nille, esa perdida.
¡Polemeia!
Salí al verde campo.
¡Peteheia!
El sacristán es un perro viejo.
¡Polemeia!
Me senté sobre mi caballo
tordo.
¡Peteheia!
El sacristán es una bestia
parda.
¡Polemeia!
Si queréis saber el nombre de
mi mujer,
¡Peteheia!
Se llama ‘vicio y vergüenza‘.
¡Polemeia!
¡Esta
canción es mía, Jacob!
JACOB
¿No
te importa?
JEPPE
Jeppe
no es tan inútil como piensas. También he hecho una canción sobre los zapateros[i], que
dice así:
El
zapatero con su contrabajo y su violín.
¡Filepom, Filepom!
JACOB
¡Eh, bufón! Es
sobre los músicos.
JEPPE
Es
cierto. ¡Escucha, Jacob! Si me pusieras un chelín de aguardiente.
JACOB
Gott![ii] Ahora
puedo ver que eres un buen hombre, que maravilla mi casa con un chelín.
JEPPE
¡Eh,
Jacob! Que sea por cuatro chelines.
JACOB
Sí,
señor.
JEPPE
Vuelve a cantar.
La
Tierra bebe agua,
el
mar bebe sol,
el
sol bebe el agua del mar.
Todo
en el mundo bebe.
¿Por
qué no puedo yo
igualmente
beber?
JACOB
¡Salud,
Jeppe!
JEPPE
Mir
zu![iii]
JACOB
¡Un
buen trago por la media naranja!
JEPPE
Ich tank ju, Jacob, drik man dat dig di Dyvel hål, dat
ist dig vel undt[iv].
JACOB
¡Veo
que hablas alemán, Jeppe!
JEPPE
Ya
lo creo. Desde hace tiempo, pero no lo hablo por gusto, solo si estoy borracho.
JACOB
Sí,
entonces lo hablas al menos una vez al día.
JEPPE
Si
he estado diez años alistado en la milicia, ¿no iba a entender la lengua?
JACOB
Bien
lo sé, Jeppe, estuvimos en la misma compañía dos años.
JEPPE
Es
cierto, ahora me acuerdo. Te iban a colgar cuando te escapaste de Wismar.[v]
JACOB
Iban
a colgarme, pero me perdonaron de nuevo. A tanto ayuda ser un manitas.
JEPPE
Fue
por lesión que no te colgaron, Jacob. Pero, ¿no participaste en la batalla del
páramo?, ya sabes cuál.
JACOB
Eh,
¿en dónde no he estado?
JEPPE
Nunca
me olvidaré del primer salmo que el sueco soltó. Creo que llegó a 3000, o qué
digo, 4000 hombres a la vez. Daß ging fordyvled zu, Jacob! Du kanst wol das ihukommen.
Ich kan nicht negten, daß ik jo bange var in dat slag[vi].
JACOB
¡Sí,
sí! A todos nos da miedo la muerte. Se tiene temor de Dios cuando se avanza
contra el enemigo.
JEPPE
Sí,
es cierto. No sé de dónde puede venir, pasé la noche en vela, leyendo los
salmos de David.
JACOB
Me
pregunto cómo tú, que has sido soldado, te dejas intimidar por tu mujer.
JEPPE
¿Yo?
Si ella estuviera aquí presente, verías qué paliza le iba a dar. ¡Solo un vaso
más, Jacob! Todavía me quedan 8 chelines, y cuando los beba, me sentiré mejor.
¡Ponme una jarra de cerveza, también!
In[vii]
Leipzig había un hombre,
in
Leipzig había un hombre,
in
Leipzig había un hombre apático,
in
Leipzig había un hombre apático,
in
Leipzig había un hombre.
Die[viii]
hombre ejecutó a una mujer etc.
JACOB
¡Salud,
Jeppe!
JEPPE
¡Eh!
¡Eh-Eh! ¡Eeeeh! ¡A tu salud, a mi salud y a la salud de todos los buenos
amigos¡ ¡E-e-e-eh! ¡Eh!
JACOB
¿No
quieres brindar a la salud del alguacil?
JEPPE
Si,
claro, ponme cuatro chelines más. El alguacil es un hombre curioso. Cuando le
ponemos una moneda en la mano, lo agradece con un taco porque no podemos pagar los
impuestos. Un bribón, que ahora tiene más dinero. Reconfórtame con un chelín o
dos.
JACOB
¡No,
Jeppe! No debes beber más ahora. No soy un tipo que quiera que los huéspedes se
atiborren en mi casa y beban más de lo necesario. Preferiría pasar necesidad,
es un pecado.
JEPPE
¡Bueno!
¡Sólo un chelín!
JACOB
No,
Jeppe, no te escancio más. Piensa que tienes una larga caminata por delante.
JEPPE
¡Canalla,
carroña, bestia, arrastrado! ¡Eh, eh, eh!
JACOB
¡Adiós,
Jeppe, y que tengas un buen viaje!
[i]
Zapatero es skomager, en danés.
[ii]
En ‘plattysk’ o bajo alemán en el original. “¡Bien!”.
[iii]
En ‘plattysk’ o bajo alemán en el original. “¡Brinda conmigo!”
[iv]
En ‘plattysk’ o bajo alemán en el original. “Gracias, Jacob, bebe, diablos,
te sentará bien.”
[v]
Por la Paz de Traventhal (Lübeck, norte de Alemania), el 18 de agosto
de 1700, Dinamarca reconoce
la independencia del ducado de Slesvig-
Holsten-Gottorp.
[vi]
En ’plattysk’ o bajo alemán en el original. ”¡Fue un verdadero infierno,
Jacob! Te acordarás. No
puedo negar el miedo que pasé en esa batalla.”
[vii]
En ‘plattysk’ o bajo alemán en el original. “En”.