EL ARTE EN EL TEATRO, de JOSÉ DE MANJARRÉS
PRÓLOGO de GUILLEM TARRAGÓ VALVERDE
Tapa blanda. 212 pág. 13,8 x 21 cm. ISBN 978-84-945155-1-4
FRAGMENTO del PRÓLOGO de
GUILLEM TARRAGÓ VALVERDE a "EL ARTE EN EL TEATRO" de José de Manjarrés.
El arte en el teatro
se revela como una panorámica completa y de gran valor sobre el mundo de la
escena en 1875. Este texto da la oportunidad de conocer cómo entendía el teatro
una personalidad de la influencia e importancia de José de Manjarrés. No
podemos olvidar que su perspectiva es la de un hombre vinculado a la reflexión
artística desde el Romanticismo conservador, como podemos apreciar, además de
en lo ya descrito, en el propugnar la jerarquización social a través del palco,
allí donde «puede honrarse a las autoridades legítimamente constituidas»22:
Manjarrés formó parte de aquel ingente grupo de intelectuales de la era
postnapoleónica que se vieron impulsados a reverenciar al Estado en busca de un
nuevo consenso social que evitara la revolución. Pero al mismo tiempo, es capaz
de optar por propuestas escénicas flexibles, de valorar el oficio de actor, de
apostar por un lenguaje arquitectónico ecléctico para los teatros cuando muy
pocos habían teorizado sobre la cuestión.
FRAGMENTO de "EL
ARTE EN EL TEATRO" de JOSÉ DE MANJARRÉS.
Los bastidores y las
bambalinas son un gran recurso para hacer muy sensibles, más de lo que puede
hacerlo un pintor de perspectivas, los distintos planos: pero como para no caer
en los contrasentidos de que se acaba de hacer mención, solo puede ese pintor
echar mano de todos los recursos perspectivos que están fuera del alcance del
actor; los bastidores y las bambalinas son un grande inconveniente para el
efecto, y aun son un medio muy vulgar y hasta pueril, si a tal punto se lleva
la cuestión. Los bastidores limitan de una manera tan material el lugar de lo
acción, que destruyen la ilusión en los grandes espectáculos de la Naturaleza;
esto es, en los paisajes: limitación todavía más impropia e inconveniente en las
bambalinas llamadas de cielo. Es verdad que las ramas de los árboles figurados
en los bastidores cruzándose a favor de las bambalinas, son un recurso para
evitar el pésimo efecto de un contorno en lo que no le tiene, como es la atmósfera;
pero desde el momento en que esa atmósfera debe aparecer con toda su desnudez,
como por ejemplo, en la representación de una gran llanura, o de un cielo
despejado; la bambalina debe desaparecer detrás de la pañería inmediata al bambalinón
de la boca, cuya extensión, por grande que sea, es preferible, dejando el
efecto única y exclusivamente para el telón del foro, al cual pueden dársele
las dimensiones necesarias, o la forma conveniente, aunque sea cóncava,
iluminándole con toda la fuerza de luz que requiera tal vez la escena. Por esto
la pintura escenográfica en la representación del paisaje, debe dar la
preferencia a la disposición panorámica sobre la de determinados puntos de
vista; porque por este medio se satisfará más completamente la ilusión del
espectador, el cual con su múltiple personalidad puede contemplar la escena
desde todos los puntos de la sala.
Definiciones del
Glosario incluido en el libro:
BASTIDORES
Las partes de la
decoración que constituyen los límites laterales de la escena. Están montados
sobre los armazones de madera llamados bastidores, a los cuales se les da en los
escenarios el calificativo de bastidores de construcción para evitar
confusiones.
BAMBALINA
Pieza de lienzo,
pintada, que cierra la decoración por la parte superior de la escena, extendiéndose
desde cada uno de los bastidores a su colateral, y combinándose con ellos.
BAMBALINÓN
La bambalina de grandes
dimensiones que cae delante del telón de boca para completar la colgadura, que
suele figurarse en aquel sitio, al propio tiempo que para dejar más o menos
reducida la altura de la escena, en el supuesto que puede subirse o bajarse a discreción.
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