LA FUNCIÓN DEL ORGASMO
de JAVIER MAQUA
Tapa blanda, 204 pág.
13,8 x 21 cm.
ISBN 978-84-946696-7-5
FRAGMENTO DEL PRÓLOGO,
por BETH ESCUDÉ I GALLÈS Y
ALEJANDRO MONTIEL MUES
De nuevo un hecho histórico: el 13 de enero de 1941, en Princenton (Nueva Jersey, EEUU), el exiliado físico alemán Albert Einstein y el multiexiliado y multiexpulsado psicoanalista austriaco Wilheim Reich (Doctor en Medicina por la Universidad de Viena) mantienen, durante cinco horas (media hora a oscuras), una conversación privada, sobre la que gravitaría, inevitablemente, la mutua persecución nazi de que ambos intelectuales judíos han sido víctimas o seguían siéndolo. Aunque suponemos que Reich expuso a Einstein su extraña teoría del “orgón” (“la energía de la vida”, del griego orgae, “deseo ardiente”) y trató de proporcionarle pruebas empíricas de su descubrimiento mediante un acumulador de orgón (una Jaula de Faraday), no podemos saber de qué hablaron ni en qué terminos transcurrió la velada. Javier Maqua lo ha imaginado para nosotros.
FRAGMENTO DE "LA
FUNCIÓN DEL ORGASMO", DE JAVIER MAQUA
EL DOSSIER
Entra HELEN con la
bandeja de los cafés. EINSTEIN, aliviado, piensa en voz alta.
EINSTEIN Ya se ve la catadura nazi del infamante. Pornógrafo y judío dos pájaros de un tiro. Empiezo a sospechar la raíz de la infamia. Pero ¿qué sucedió exactamente?
A REICH le cambia la
cara.
REICHLo sabe. Debí imaginarlo. Le han informado.
A su lado está el
vademécum que EINSTEIN ha abandonado sobre la mesa. REICH lo mira. EINSTEIN se
da cuenta y lo coge y retira inmediatamente.
Quizá
el FBI. EINSTEIN
En absoluto.
REICH
Tiene usted un dossier sobre mí.
EINSTEIN
¿Le parece raro? Mi secretaria me entrega siempre un informe de mis visitas. Es la costumbre. Poca cosa. Para orientarme. Pero no he tenido tiempo, no lo he leído, sólo le he echado un vistazo.
REICH
Y esas palabras están subrayadas.
EINSTEIN
¿Qué palabras?
REICH
“Pornógrafo judío”.52
EINSTEIN
¿Lo están?
Echa una ojeada al
dossier.
Lo
están. REICH
¿Qué más dice?
EINSTEIN
Ya se lo he dicho. No lo he leído.
Deja el dossier. REICH
sigue a HELEN con la mirada mientras sirve el café.
REICH¿Seduzco a mis enfermas? ¿Masturbo a mis pacientes? ¿Soy un estafador? ¿Un curandero? ¿Un comunista? ¿Un genio? ¿Un loco?
EINSTEIN
¿De todo eso le acusan?
Pero REICH sigue acosando
con ojos maliciosos a HELEN, mientras ésta coloca las tazas.
¿Cuál
es mi perfil? ¿Qué imagen proyecta de mí? ¿Le gustaría conocerme? ¿Resulto
interesante? ¿Peligroso?
REICH
EINSTEIN
Magnético. Resulta magnético. Puede retirarse, Helen. Nosotros nos servimos.
Intercambian miradas.
HELEN tarda ligeramente en obedecer, pero, finalmente, se retira. REICH
enciende un cigarrillo. EINSTEIN muerde su pipa.
REICH
No
se ofenda. Sé muy bien hasta qué extremos de mendacidad puede llegar la
jauría.
Están en todas partes.
EINSTEIN
¿Quiénes?
REICH
Los pequeños hombrecitos. Siempre que algo nuevo está asomando la gaita, aparecen los pequeños hombrecitos con sus guadañas. Están en todas partes, pero hay que volver la cara, como si no estuvieran, hasta que se aburran.
EINSTEIN
Comprendo.
REICH
Los hombres de ciencia tenemos cosas importantes que hacer, no acuchillemos el aire. Si me deja continuar mi exposición, podrá juzgar usted mismo.
EINSTEIN
busca algo, quizá un cenicero.
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