ENTREVISTA
CON
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
(DRAMATURGO)
con
motivo de la publicación del libro
“DESGASTE”
en
la editorial ESPERPENTO EDICIONES TEATRALES.
Tapa blanda. 168 pág. 13,8 x 21 cm. ISBN 978-84-945155-4-5
1. Como escritor tienes ya habías
publicado una novela (Turbio, 2015), y ahora te lanzas a escribir y publicar
teatro. ¿Cómo está funcionado, en tu caso, la dialéctica entre escribir teatro
y poner en escena tus obras?
Cuando escribo, en realidad
pienso poco en el formato. En ocasiones, las historias evolucionan hacia el
campo de la novela, del guion cinematográfico o el teatro. Escribir para
teatro es fascinante. Todo está ligado a esos tempos que ha de tener cada
personaje. Debes esforzarte siempre mucho en los diálogos. Si estos no resultan
verosímiles, todo el engranaje puede venirse abajo. Hay obras que escribo y sí
siento la necesidad de dirigirlas pero otras no. El momento más fascinante para
mí es la escritura. Cuando lo tengo claro, ya escribo con una idea sobre ese
montaje que quiero ver. Comienzo a mandar escenas al equipo y veo las
posibilidades escénicas y el tono de voz que debe emplear el actor. Con Don
Juan Carlos Velázquez comenzamos a hablar de esa luz que tendrá el montaje. Es
importante tener claro todo aquello que vas a llevar a escena. Cuánto más claro
lo tenga uno, más claro lo tendrá el actor y el equipo que conforma la obra.
2. ¿Crees que el teatro va a tener
un papel relevante en la cultura del siglo XXI? ¿Se puede seguir escribiendo
teatro en estos tiempos?
El teatro es algo determinante
que no se valora lo que es debido. Simplemente tenemos que compararnos con
países como Inglaterra, Suecia, Francia o Alemania para darnos cuenta que en
España no tiene la relevancia que debe tener. Es muy importante la lectura de
la obra dramática y es algo que se debería hacer en una mayor medida. Tendría
que escribirse mucho más teatro del que
se escribe y publica. El problema surge porque no se valora el hecho de
publicar teatro como por ejemplo con la narrativa. ¿Por qué? Siempre existen
excepciones, claro está. Que quede el consuelo de ciertas representaciones es
triste porque en determinadas ocasiones por lo que se apuesta es algo malo y
poco trabajado. El teatro está demasiado infectado de termitas que en lo
condenan. Es un género determinante e insisto en que debe escribirse y
promocionarse, pero no siempre a los mismos.
3. En el libro que acabas de
publicar en Esperpento Ediciones Teatrales incluyes cuatro obras aparentemente
muy diferentes ¿Hay algunas constantes recurrentes en tus obras?
El fracaso, la decepción y la
desilusión son unas constantes que de un modo inconsciente aparecen. No importa
que la temática sea más seria, como Maquinistas o Los últimos días de Philp
Seymour Hoffman, que algo más divertido, como Desgaste. ¿A qué puede deberse? A
la falta de esperanza que supone terminar un proyecto y darte cuenta de que en
España hay unas normativas que favorecen exclusivamente a aquellos que entran
en una ruleta de juego en la que no todos podemos entrar, desgraciadamente.
4. Los últimos días de Philip
Seymour Hoffman(PSH) es la primera de las obras. En concreto un monólogo muy
ácido. Háblanos de la obra.
La muerte de una figura cómo pudo
serlo PSH me impacto de un modo que me sorprendió. Siempre he sido un
entusiasta de su trabajo. Tanto en la película que dirigió como aquellas en las que
interpretó siempre vi en él a esa actor, creador... diferente a todos.
Concretamente su interpretación en Synedoque New York, fue algo que aún hoy me sigue enamorando. Investigué mucho sobre cómo fueron esos últimos
días. Me interesaba trasladar esa asfixia que debió sentir. Buceé en sus
últimos trabajos y eureka. Un tiempo después de terminar la obra, aparecieron
diarios y demás y comprobé que algunas
suposiciones habían sido ciertas, como el hecho de lo que le afectó interpretar
a Loman. Fue un proceso de escritura
rápido en el que necesitaba que todo sonase real, respetuoso y veraz.
5. En Maquinistas, obra escrita con
Rafael González Tejel, se refleja una realidad muy inquietante. ¿Es posible que
el género humano aprenda de sus errores?
El género humano jamás aprende.
Esta la obra la concebí con mi amigo Rafau en Auschwitz. Curiosamente entre
tanta amargura se nos ocurrió esa idea. ¿Qué ocurría con los Maquinistas? Y
bajo la nieve en Cracovia comenzamos a jugar a ser escritores y a documentarnos
de un modo tan concienzudo como inspirador. Intentamos que en cada cuadro se
reflejase una agonía con la que resultase muy difícil convivir. Lo peor de todo es saber que eso existió y que
bueno… ¿podría volver a suceder?
6. El adiós de Fernando el Católico
es una obra de corte histórico. Refleja el episodio, no muy conocido, de la
boda de este con Germana de Foix, sensiblemente más joven que él. ¿Qué has
querido desvelar con esta fábula?
Estaba profundamente agotado de
ver cómo en el teatro o en la televisión se hablaba demasiado de Isabel la
Católica o de Juana la Loca… Siempre se mostraba a Fernando como un hombre
malo. Preferí indagar porque pensé que en él encontraría algo que me sedujese.
Un lado humano que no veía en otras proyectos históricos. Me topé con Germana
de Foix y aquello me resultó un polvorín casi shakespeariano. Ella se lió con
su nieto, Carlos V, obligaba a tomar a Fernando la cantárida, una especie de
viagra de la época, su extraña muerte, cómo nació lo que hoy se entiende por España…
Creí ver los ingredientes necesarios para tener un texto interesante. Teníamos
elementos reales que unidos a los inclasificables puntos suspensivos que tiene
la historia de España conformaban una trama de engaños, traiciones, miedos,
avaricias, amor, poder y recuerdos.
7. La última obra incluida en este
volumen es Desgaste, que da título al conjunto,
en la que parece subyacer un cierto pesimismo vital. ¿Vamos hacia una
obsolescencia programada en las relaciones humanas?
Bueno. Las relaciones son fantásticas,
aterradoras, deliciosas y siempre sorprendentes. En esta ocasión me interesaba
el juego envuelto en cierta prepotencia y nostalgia. La mentira y el no
asumirse o el no reconocerse eran ingredientes que considero pueden mantener la
atención de cualquier espectador o lector.
De un modo u otro todos tenemos relaciones y estas evolucionan o para
bien o involucionan. Hay un punto siempre que se desconoce de tu pareja y que a
su vez, la otra persona, tampoco conoce de ti. Esto lo transforma todo en un misterio
apasionante. Quería jugar con elementos que en apariencia puedan ser graves,
pero que luego no lo son tanto. Se trataba de radiografiar la intimidad con
cierta malicia. Es un texto del que me siento especialmente contento y eso es
algo que en mí pocas veces sucede. Sobre los cuadernos de notas de los textos
que voy a escribir me parecen extraordinarios pero, cuando pongo el punto y
final, todo ha cambiado. Con Desgaste esto no fue así. Escribí las dos partes
por separado y cuando me dispuse a unirlas supe que solo una persona
concienzuda como Laura López Ledesma iba a ser capaz de intercalarlo para
propiciar el ritmo adecuado. Sin duda alguna, es por ello por lo que resulta mi texto preferido.
8. Para terminar, puedes decirnos
¿cómo llegaste a publicar con Esperpento Ediciones Teatrales? ¿Cómo ha sido tu
experiencia con esta editorial?
Está resultando una
experiencia extraordinaria. Todo llegó por mi amigo Clemente García,
maravilloso actor y grandioso librero. Muy conocedor de todas las editoriales,
me habló de Esperpento y de cómo trabajaban. No lo dudé y ya su responsable,
Fer, me contestó inmediatamente. Comenzamos una relación de mails hasta que no
mucho tiempo después quedamos y descubrimos que hablamos un mismo idioma. La
experiencia es muy satisfactoria. Compruebo que el libro
se está moviendo y gracias a Fer formo parte de muchos eventos teatrales.
Quiero seguir publicando con su editorial. Seria y respetuosa con el teatro. Un
placer.
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ
Maravilla de entrevista, talento no fomentado, grande Ivan Cerdan
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