ENTREVISTA
CON MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ
(DRAMATURGO)
con
motivo de la publicación del libro
“NÚMEROS
REDONDOS/
CORREDERA”
en
la editorial
ESPERPENTO EDICIONES TEATRALES.
Tapa blanda. 204 pág, 13,8 x 21 cm. ISBN 978-84-945155-6-9. 14 euros.
1.
Como dramaturgo ya habías ganado algunos
premios y ahora se van a estrenar alguna de tus obras. ¿Cómo está funcionado,
en tu caso, la dialéctica entre escribir teatro, publicarlo y
poner en escena tus obras?
Es
esta, como tú bien dices, una auténtica dialéctica, y por eso uno debe
entenderlas como dinámicas diferentes pero armónicamente complementarias.
Remedando a Descartes, diríamos de los dramaturgos que: escriben, luego
existen. Afrontamos un trabajo solitario que está en la base de la edición y
montaje de los textos, en los que intervienen otros especialistas. Me refiero a
editores y directores de escena que están al frente de una compañía. En mi
caso, hasta ahora, he dado con sensibilidades lúcidas y rigurosas que
precisamente entienden la dialéctica ―y valga la redundancia― como un diálogo
constante con el autor. En el intercambio de impresiones y la aportación de
formas diferentes de ver el texto teatral está el enriquecimiento de este
último y la recepción óptima del público-lector.
2.
¿Crees que el teatro va a tener un papel
relevante en la cultura del siglo XXI? ¿Se puede seguir escribiendo teatro en
estos tiempos?
Creo
que el papel del teatro será tan relevante como lo quiera la sociedad a la que
pertenece. Podría decirse que el teatro siempre ha estado en crisis, pero yo me
pregunto si no será porque el teatro es eminentemente crítico desde el momento
que nos pone frente al espejo. En un siglo marcado por la revolución de las
tecnologías de la información y la realidad virtual, pienso que el teatro se
consolidará como arte de la “presencialidad”, de la expresión encarnada,
directa y viva de lo humano. En la fuerza expresiva de las artes escénicas
reside la pervivencia de lo teatral. Se puede y se debe seguir escribiendo
teatro en nuestro tiempo. Otra cuestión será el tipo de teatro que se escribirá
y representará.
3.
En el libro que acabas de publicar en
Esperpento Ediciones Teatrales incluyes dos obras aparentemente muy diferentes
¿Hay algunas constantes recurrentes en tus obras?
Ciertamente
los dos textos publicados por Esperpento Números
redondos y Corredera tienen en
común la afinidad a esa vertiente que se ha dado en llamar el teatro documental
y que, desde Los Persas de Esquilo,
ha sido frecuentada por maestros como Shakespeare, Cervantes, Lope, Brecht,
Weiss… o, más próximos a nosotros, Aub, Satre o Buero, por citar solo algunos
ejemplos. Salvando todas las distancias, en esta tradición se insertan las dos
obras, de ahí la publicación conjunta y coherente que plantea el texto teatral
como espacio de reflexión de lo histórico e intrahistórico.
4.
NÚMEROS
REDONDOS es la primera de las obras. ¿Cuál es su planteamiento? ¿De
dónde nace la idea primaria?
Debajo
de Números redondos hay una intención
paralela a la obra Terror y miseria en el
Tercer Reich de Brecht. Así nos encontramos siete cuadros o piezas breves
unidas por el hilo conductor de la II Guerra Mundial y la Guerra Civil
Española. Son siete momentos protagonizados por personajes reales como Ángel
Sanz Briz, Rober Capa, Gerda Taro o el obispo Pildain y otros ficticios que
configuran un mosaico espacial y temporal que ponen en escena la miseria y
grandeza humanas en una época terrible. Propongo una catarsis que diluya cierta
desmemoria histórica, un toque de conciencia y compromiso con situaciones
igualmente terribles que continúan padeciéndose en nuestro tiempo.
5.
En la obra hay un cierto retorcimiento de los
parámetros espacio-temporales. ¿Te gusta experimentar con los aspectos
formales?
Pienso
que las coordenadas espacio-temporales de la escena son de una flexibilidad y
versatilidad únicas, gracias a la convención teatral que se establece con el
público. Experimentar con ello posibilita la contemplación de la obra desde
múltiples perspectivas y ahondar en sentidos simultáneos del texto y la acción
dramática. Hoy día, en el teatro podemos, por ejemplo, saltar de una acción a
una experiencia pasada, desde ahí a un recuerdo e inmediatamente después a una
proyección futura, tal cual hacemos en nuestro pensamiento. Y el teatro también
es proyección de nuestro pensamiento.
6.
¿Cómo imaginas una puesta en escena de NÚMEROS REDONDOS?
A pesar de ser mi obra más
galardonada, Números redondos espera
ver la luz sobre un escenario con dos actores y una actriz que interpretarían
dieciséis personajes en un mismo espacio. Este debería contar con un atrezzo
mínimo y una sencillez estructural que posibilite que la acción transcurra en
siete lugares diferentes. Es una obra que requiere pocos medios técnicos y
mucha versatilidad en la interpretación.
7.
CORREDERA es
la otra obra incluida en este volumen. En la misma está más clara la referencia
a un hecho histórico, y más concretamente de la intrahistoria de Canarias.
Es la
dramatización de los avatares sufridos por Juan García, último canario
ejecutado a garrote vil en Canarias por el régimen franquista en 1959. Estamos
hablando de un hombre que durante más de veinte años permaneció huido y ayudado
por el pueblo grancanario que desde el primer momento lo mitificaría como el
mártir de la lucha y oposición contra el régimen. A los ojos de nuestro tiempo,
se destaca como un caso de flagrante injusticia
y un ominoso ejemplo del funcionamiento de la maquinaria del terror que
activan los estados totalitarios contra sus disidentes.
8.
Esta obra destaca por los imperativos morales
a los que se enfrentan los personajes. ¿Está la coherencia pasada de moda?
Como
la moral, la coherencia y el teatro no son modas, aunque haya instancias
empeñadas en verlos como tal, perdurarán con mayor o menor visibilidad.
Pertenecen a la condición humana, como el envés temible de sus contrarios.
9.
Como ha sido el proceso de puesta en escena de
CORREDERA. ¿Has participado en el
mismo? ¿Qué te parece el resultado?
El
proceso ha sido altamente enriquecedor y he participado con la compañía en un voluntarísimo
segundo plano. Profetas de Mueble Bar es la compañía decana del archipiélago,
con casi cuarenta años ininterrumpidos de teatro en el ámbito nacional e
internacional a sus espaldas, así que era toda una garantía que el texto fuera
a parar a sus manos. El resultado ha sido óptimo. Hasta ahora ha sido muy bien
acogida por el público y la crítica. Su estreno en el Teatro Cuyás congregó a
más de 1.800 personas en dos días en sendos llenos absolutos. A partir de
entonces está representándose en diferentes lugares del archipiélago, superando
las expectativas para las producciones teatrales en un territorio difícil por
fragmentado y donde la crisis económica ha golpeado al sector como en pocos
lugares de la geografía española.
10. Para
terminar, puedes decirnos ¿cómo llegaste a publicar con Esperpento Ediciones
Teatrales? ¿Cómo ha sido tu experiencia con esta editorial?
Mi
encuentro con Esperpento Ediciones Teatrales podría definirse como una
casualidad feliz y necesaria. Después de escribir los textos y con la vista
puesta en el estreno de uno de ellos, me propuse publicarlos en alguna
editorial especializada en teatro y de máxima difusión en el territorio
nacional a fin de que las obras estuviesen disponibles por el mayor número de
público entendido o no. Desgraciadamente, en España no existen demasiadas
editoriales dedicadas al texto teatral, pero he de decir que las que hay
invierten un esfuerzo y un talento encomiables en la mayoría de los casos.
Ejercen una labor titánica que solo puede obedecer a una pasión por el hecho
teatral, auténticamente romántica en el sentido literal e idealista de la
palabra. Esperpento es una editorial que está publicando obras y autores
referentes en el panorama de la actual dramaturgia española y para mí ha sido
todo un privilegio ser incluido en su catálogo. Mi experiencia con ella ha sido
óptima desde el primer momento. El oficio de editor de Fernando Olaya se basa
en trabajar codo con codo con el autor, en prestar una atención minuciosa a los
detalles que al escritor a veces pasan desapercibidos y en el sabio consejo de
quien entiende que el teatro también debe ser leído y disfrutado al máximo como
tal. Para eso, Esperpento se ha preocupado de realizar una edición cuidadísima
que facilita una comunicación efectiva entre el mundo del dramaturgo y un
público-lector de teatro cuyo número poco a poco se va incrementando en España.
Miguel Ángel Martínez
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