Tapa Blanda. 140 pag. 13,8 x 21 cm. ISBN 9788494402937
En Cuatro Obras
Políticamente Yncorrectas su autora, Juana Escabias, nos presenta
un cuarteto de textos teatrales de perspicaz planteamiento escritos desde
diversas perspectivas. Como dice Eduardo Pérez-Rasilla en su prólogo: La
mirada desde la que están escritos parece revelar un objetivo de análisis, un
deseo de hurgar en las heridas sociales para procurar un remedio a esas
dolencias, una voluntad de denuncia.
El volumen lo componen Cautivas (protagonizada por un grupo de presas de las cárceles de Franco), No le cuentes a mi marido que sueño con otro hombre... cualquiera (sobre la crueldad marital), WhatsApp (un recorrido por el complicado universo de los adolescentes) y Crimen imperfecto (que explora las dificultades de la vida en pareja). Las cuatro obras, de estructuras muy distintas, convergen en el propósito de sondear el fenómeno de la violencia humana en todas sus vertientes.
Juana Escabias es una reputada dramaturga, autora de una veintena de obras largas y numerosas piezas breves (Historia de un imbécil, Interiores, Apología del amor, Nueve mujeres infieles, El sucesor, La Fiesta, etc.), publicadas, estrenadas y traducidas en la mayoría de los casos. También es directora de escena e investigadora teatral.
El volumen lo componen Cautivas (protagonizada por un grupo de presas de las cárceles de Franco), No le cuentes a mi marido que sueño con otro hombre... cualquiera (sobre la crueldad marital), WhatsApp (un recorrido por el complicado universo de los adolescentes) y Crimen imperfecto (que explora las dificultades de la vida en pareja). Las cuatro obras, de estructuras muy distintas, convergen en el propósito de sondear el fenómeno de la violencia humana en todas sus vertientes.
Juana Escabias es una reputada dramaturga, autora de una veintena de obras largas y numerosas piezas breves (Historia de un imbécil, Interiores, Apología del amor, Nueve mujeres infieles, El sucesor, La Fiesta, etc.), publicadas, estrenadas y traducidas en la mayoría de los casos. También es directora de escena e investigadora teatral.
PRÓLOGO DE Eduardo Pérez-Rasilla (Fragmento)
Me envía Juana Escabias cuatro
nuevos textos dramáticos salidos de su laboriosa pluma: No le cuentes a mi marido que sueño con otro
hombre...cualquiera, WhatsApp, Crimen imperfecto y
Cautivas. Los leo con avidez, según van llegando a través del
correo electrónico. Formalmente presentan rasgos muy distintos entre sí, pero
-supongo que hay mucho de deformación profesional en mi actitud- trato de buscar
rasgos comunes entre ellos, reconocer un aire de familia en la aparente
disimilitud.
La mirada desde la que están
escritos parece revelar un objetivo de análisis, un deseo de hurgar en las
heridas sociales para procurar un remedio a esas dolencias, una voluntad de
denuncia. Es decir, han sido pensados desde una implicación con lo social y
desde un compromiso con lo político. La diferencia entre los géneros y los
lenguajes no atenúa el impulso que proporciona el latido dramático de la
autora, ese ritmo nervioso, característico suyo, apasionado, casi febril en
ocasiones.
CRIMEN IMPERFECTO de Juana Escabias (Fragmento). Obra incluida en el libro CUATRO OBRAS POLÍTICAMENTE YNCORRECTAS
CRIMEN IMPERFECTO de Juana Escabias (Fragmento). Obra incluida en el libro CUATRO OBRAS POLÍTICAMENTE YNCORRECTAS
LUCÍA
Estaba a punto de tomarme un
somnífero cuando escuché los golpes en la puerta. Tres de la madrugada, ¿qué
sucede? Pegué el ojo a la mirilla. Era el vecino del séptimo aporreando todas las
viviendas. ¡Huele a gas! ¡Desalojad el edificio! ¡HUELE A GAS! Descorrí el
cerrojo, abrí la puerta blindada y asomé la cabeza al exterior. Mi vecino
continuaba dando la alarma en las casas de nuestra galería. Me miró muy
excitado. Salid a la calle, Luci, ¡a la calle! En la escalera y en los
descansillos se oían las carreras y las voces de las familias que abandonaban
el bloque a toda velocidad. No cojáis el ascensor. No cojáis el ascensor. (Pausa.)Temblando
por el frío y por la conmoción entré apresuradamente a casa, me puse calcetines
y unas botas y me planté un abrigo encima de la bata. Cogí mi bolso, me lo
colgué en bandolera y fui derecha a buscar a las gemelas. Sara y Marina dormían
en sus cunas. Las vestí sin despertarlas, las tomé en brazos y me lancé a la
calle. En la escalera me encontré con la vecina del primero que salía de su
casa con la pierna escayolada y apoyada en sus muletas. ¿Necesita usted ayuda?,
pregunté. Negó con la cabeza. ¿Y tu hijo?, dijo ella. Hoy duerme con los hijos
de mi prima. ¿Y tu marido?, añadió…
¡¡¡No me había acordado de Gonzalo!!!
¡¡¡No me había acordado de Gonzalo!!!
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